Situada en un chateau francés, la Bodega Otazu fusiona con gran éxito arquitectura, arte y vino para ofrecer a sus visitantes "algo más".
Nuestra visita comenzó con una breve explicación de lo que íbamos a ver y a saborear. La primera impresión al entrar en el chateau fue de sorpresa ya que nadie nos esperábamos un lugar tan bien decorado y cuidado al mínimo detalle.
La visita transcurrió a lo largo de la impresionante nave de almacenaje de barricas, la sala de elaboración y el botellero en donde se guardan las botellas ya terminadas. Nuestra guía Leticia fue explicándonos alguno de los secretos del proceso de elaboración del vino para entender mejor en qué consiste el trabajo de hacer un vino y todo lo que conlleva.
Tras un agradable rato recorriendo las instalaciones de la Bodega pudimos catar alguno de los vinos que allí se realizan y la experiencia no dejó indiferente a nadie. La salida estuvo en definitiva muy bien ya que a pesar de no ser grandes entendidos de la materia pudimos conocer un poco más de cerca el trabajo de todo un equipo bien coordinado que se esmera por elaborar los mejores vinos para los paladares más exigentes.
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