La primera regla de todas son los tercios. Cuando encuadramos el objeto principal de nuestra foto en uno de los tercios inferiores o superiores de la misma, ese objeto adquiere mucha presencia y, de algún modo, relevancia en el resultado final.
En mi ejemplo se pueden ver a las dos niñas jugando, el monte San Donato cortando la foto diagonalmente o un buen hombre cubano meditando sobre su vida. Si estos temas hubiesen sido encuadrados en el medio el resultado no sería tan rico.

Las líneas conducen nuestra mirada, nos enseñan dónde está el motivo central de la fotografía y se pueden utilizar de muchísimas maneras diferentes. Yo he decidido sacar un túnel de metro un tanto claustrofóbico, una escena familiar en la que el quitamiedos abraza a las tres figuras conduciendo nuestra mirada, y la playa de Orio en la que el mar dibuja una línea en la cual juegan, nadan y saltan muchas personas.
El equilibrio se refiere al centro de interés en una fotografía. No podemos intentar sacer una foto a algo o alguien y que detrás de ese objeto o sujeto haya algo que distraiga nuestra mirada. WEn mis dos primeros ejemplos es obvio, no hay nada ni nadie que nos distraiga la mirada de los dos niños, aunque en este caso se haya resuelto con primeros planos.
En la tercera fotografía aparecen dos policías cubanos en una pose peliculera y aunque detrás haya varios objetos que pueden distraernos, el ojo no se pierde ya que los policías están centrados en la foto y tienen suficiente fuerza como para representar el verdadero equilibrio.

RELACIÓN CON EL FONDO


SENCILLEZ

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